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lunes, 8 de septiembre de 2008

2ºCapítulo Historia Susana

CAPÍTULO DOS. LA EXPERIENCIA MILITAR

_¡Corre Susan, levántate, rápido!
Un hombre con uniforme militar con un arma a sus espaldas y de acento inglés, corría hacia nuestra querida amiga que yacía en el suelo de una calle en ruinas con todos sus edificios derribados y algunos aún en llamas.
_¡Vamos amiga, no tenemos mucho tiempo! El individuo se agachó rápidamente y ayudó a levantarse a la confundida chica.
De repente, un tanque con la esvástica nazi, apareció de una esquina dirigiéndose hacia ellos.
El hombre, al verlo, cogió en brazos a Susana y se la llevó lo más rápido que pudo a un edificio fuera de la linea de visión del pancer.
Una fuerte explosión se apoderó de la valentía de nuestra querida amiga. Comenzó a llorar al ver como salían por los aires piedras y ladrillos de una edificación la cual antes parecía estar intacta.
Se oían disparos no muy lejos de la posición de Susana. El hombe inglés, la miró seriamente y la dijo:
_Escúchame bien, a menos de un kilómetro de aquí, hay un escondrijo, donde se esconden republicanos españoles y militares franceses. Seguramente conocerán a tus padres. Vas a tener que ir hasta allí corriendo como no lo has hecho en tu vida, de ese modo estarás a salvo. Ten en cuenta que si te cogen, las salvajadas que te harán, ni te las puedes imaginar. ¿Está bien claro?
Susana no podía creerse lo que la estaba pasando, nunca había estado tan asustada. Así pues, como el miedo estaba tan apoderada de ella, respondió sollozando:
_...Está bien...
_Otra cosa. Dijo el hombre antes de salir. Si me disparan o me pasa algo, no mires atrás y sigue corriendo hasta que te topes con un edificio que sea muy semejante a éste. El individuo sacó una foto en blanco y negro de su bolsillo y se la dio a Susana. Seguramente esté derruído, pero podrás reconocerlo.
Mientras tanto, el tanque se alejó. Pero la suerte no estaba del todo de su lado, puesto que el sonido de unos disparos se acercaba a gran velocidad desde el otro lado.
_¡Vamos, rápido, sígueme!
Susana y el individuo corriendo hacia el Norte pasaron por encima de cadáveres y por numerosas calles destruídas.
Después de un momento, convertido en horas de desesperación y agovio para nuestra querida amiga, el hombre se detuvo en una esquina que daba a una calle amplia. Cuando la chica llegó a su posición, Susana observó a dos nazis que patrullaban la dirección por la que tenían que avanzar.
_Recuerda lo que te he dicho, si quieres salvar tu vida, continúa recto por esa calle y en poco tiempo encontrarás el edificio. No te preocupes por mi.
Antes de acabar su última frase, cogió su arma y disparó a uno de los militares. El hombro derecho del nazi se desprendió en una masa deforme de sangre. El otro, sorprendido, se tiró al suelo.
A su vez, Susana se había escondido debajo de un coche medio destruído y los minutos que pasó ahí, fueron los más largos y horríbles de toda su corta vida. Además de haber viajado al pasado por el ?”amable Gnomo”?, no tenía ni idea de quién era el hombre en el que estaba confiando y aún no sabía lo que ocurría. Empezaba a creer que necesitaba mucha más ayuda.
Sonaron más disparos. Un grito del individuo hizo que Susana se olvidase prácticamente de su pérdida de memoria y se centrase más en su situación actual.
Se asomó un poco y observó que su compañero estaba tunbado en el suelo dejando grandes charcos de sangre por dos heridas; una en el pecho y otra en la pierna. La miró y con su ultimo aliento, la dijo:
_¿Has pensado alguna vez que el mundo podría ser mejor sin tu existencia para muchos?
Susana lloraba desconsoladamente; estaba sometida a demasiadas presiones y no comprendía nada de lo que la estaba ocurriendo por lo que no pudo responder.
El hombre falleció y nuestra querida amiga estaba tan sometida al pánico que no se atrevía a salir.
Pocos segundos más tarde, llegó uno de los nazis al cuerpo del inglés y, al agacharse a recoger las pertenencias del muerto, vió a Susana.
Ésta, se arrastró por el suelo lo más rápido que pudo, salió de su escondrijo y comenzó a correr escopetada en dirección opuesta al militar. Justo antes de cruzar la esquina, el alemán consiguió agarrarla por la espalda y la empotró contra la pared de un edificio. Comenzó a romperle la ropa con
intención de violarla. Susana dio un grito y cerró los ojos fuertemente.

Nuestra querida amiga se despertó en el bosque donde había tenido el incidente con el gnomo. Su corazón aún latía como el de los ratones y tenía mucha asma. Ahora estaba más confundida, era todo tan real...
Se levantó del suelo con un dolor tan insufríble en la cabeza que tuvo que volver a sentarse. Tenía una brecha en la cabeza, pero al parecer, ya no sangraba.
_¿Te has dado cuenta de lo que puede llegar a ser el hombre? Dijo el gnomo que apareció de la nada a su lado.
_¿Pero de que vas? ¡Bastante tengo con la situación en la que estoy para que vengas tú a empeorarla! ¿¡Es que no te das cuenta de que no conozco a nadie, ni siquiera a mi propia familia!? Respondió Susana a grandes voces y muy furiosa.
_Ahora te piensas algo más las respuestas que me diste antes, ¿verdad? Quiero que reflexiones esa cuestión que te planteó tu compañero inglés antes de morir. ¿Has pensado alguna vez que el mundo podría ser mejor sin tu existencia? Le dijo el Gnomo haciendo oídos sordos a la furia de Susana.
_¡Pero vamos a ver! ¡Esto es el colmo! Sin pensarlo dos veces, nuestra querida amiga intentó agarrar al pequeño individuo pero éste se le apareció encima de un hombro. Susana intentó cogerlo de nuevo pero éste le esquivaba continuamiente apareciéndole y desapareciéndole en distintos lugares.
_Hasta que no tespondas a la pregunta, no te dejaré en paz, y si sigues así, volveré a dejarte incosciente.
Nuestra querida amiga no se rindió, intentó agarrar una y otra vez al gnomo sin lograrlo hasta que éste empezó a agitar sus manos de nuevo.
_¡Está bien, responderé a tu pregunta! ¡Pero luego me iré a por mi hermana! Bastante tengo con lo que me está pasando, para que vengas tú a traerme más problemas.
_Te escucho. Respondió el gnomo sonriendo.
_Todo el mundo tiene enemigos, lo quieras o no, siempre habrá alguien que te odie...Pero yo no pienso que sería mejor sin que existiera, porque si no, el destino ya habría acabado con mi vida.
El Gnomo desapareció al ver a lo lejos un jeep que se dirigía hacia la posición en la que estaban él y la chica. Ésta se asustó y fue a esconderser detrás de un matorral.
El vehículo llegó hasta el camino y se detuvo a pocos metros del escondrijo de nuestra querida amiga. El pánico se apoderó de ella al ver que salían dos soldados armados del coche.
_Nos queda ver esta zona, es la última de nuestra orden. Le dijo uno al otro.
_Yo iré por esa zona y tu mirarás por el Norte. Respondió el otro.
Éste último iría a echar un vistazo justo por donde estaba Susana. La chica ahora tenía aún más miedo.
Una ardilla, bastante estromboliana, llamó la atención del soldado con la mala suerte de estar el animalito muy cerca de nuestra querida amiga. El hombre cogió su arma y disparó una ráfaga de su M-16 hacia el arbusto. Hirió a Susana en el pecho y en el brazo. La chica gritó de dolor y se tumbó en el suelo. Nunca había sentido nada igual.
El soldado se acercó rápidamente a ella, la miró y la dijo:
_Segunda fase.

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