RSS
Facebook
Twitter

lunes, 8 de septiembre de 2008

1ºCapítulo Historia Susana.

CAPÍTULO UNO. CONOCIENDO A SUSANA
Susana era una chavala con una personalidad muy fuerte, unos ideales muy claros y un conocimiento sobre el sentido de su vida bastante amplio a pesar de que sólo tiene 15 años. En muchos aspectos, era una persona muy madura , pero en otros se adivinaba la adolescente.
No creía en la felicidad, para ella eso era realmente imposible.
El hecho de que su madre había pasado por un cáncer cuando ella sólo tenía 12 años, las múltiples traiciones que le habían hecho todas sus "amigas" y la personalidad de su padre tan poco afectiva, habían creado en Susana una persona completamente distinta a cualquier otra. No mostraba nunca sentimientos por nadie, no contaba a nadie sus problemas y poseía un "muro" de hierro en su corazón para que nadie la pudiera hacer sufrir. Sin duda alguna, una persona poco común.
El único "problema" que tenía esta chica era que vivía en su pasado, en los momentos felices de su vida, antes de que su madre se pusiera gravemente enfermaa y se diera cuenta de que no tenía verdaderas amigas.
Por eso no se preocupaba mucho por su futuro.
De viaje de vuelta a casa, Susana estaba muy nerviosa deseando llegar para poder hablar con Jorge.
Sabía que si se gastaba más de cien euros otra vez en el móvil, sus padres le harían algún tipo de tortura como las que hacían los elfos oscuros (más conocidos como Drows) en el libro que se había leído hace poco:
_Quizá me meterían en un sarcófago lleno de hormigas carnívoras del Desierto Esptiponizado y me dejaran morir lentamente... Pensó para sus adentros. _Sí, mejor llamarle desde casa a la suya que sale gratis.
Había estado en León el fin de semana entero con sus padres y sus vecinos. Hacía mucho tiempo que no se aburría tanto; incluso con Dani, el hijo de los vecinos, era el chaval menos extrovertido del mundo; vaya coñazo era estar con él.
_Papá ¿?cuanto queda? LLevamos ya como 2 horas y media de viaje, no puede quedar mucho, ¿no?
_Que pesada eres hija, tardaremos lo mismo que en el viaje de ida, unas tres horas y media más o menos. Respondió el padre algo malhumorado.
_Rafael, por favor, no te distraigas mirando hacia a trás. Comentó la madre algo asustada.
Después de una media hora pensando en todas las cosas que le tenía que contar a Jorge, Susana ya no aguantaba más. Se estaba meando desde hacía una hora.
_¿podemos parar para que vaya a un baño?
_Bueno, está bien, pero espera a que encontremos una gasolinera; así lleno el depósito. Respondió el Padre.
La familia, al entrar por una desviación, vieron un camión que iba en sentido contrario y se dirigía hacia ellos a toda velocidad. Después de muchos gritos de desesperación y las maniobras no efectivas del padre para esquivarlo, Susana se despertó de un salto.
_Vaya, que sueño más extraño...¡Y que confusa estoy! Aparte de no conocer a esas personas, tampoco se dónde estoy ahora mismo. Pero qué narices... ¿Qué es todo esto?
Desconcertada, observó los agujeros del techo que dejaban pasar la luz del sol. Las paredes de la habitación poseían numerosas grietas. Miró también sus pies, sobresaliendo de la cama tan pequeña-medir 1.74 con quince años y siendo chica es bastante-.
Sobresaltada, escuchó su nombre en el grito del hombre mayor que entró en el cuarto. Era bajito, mayor, algo calvo y con la boca deformada por dientes muy separados. Llevaba una escoba en la mano.
_Susana, hija, ¿es que no vas a parar de dormir? recuerda, que tienes mucha tarea en el corral, las gallinas han puesto muchos huevos, tenemos suerte. Tienes que recogerlos y limpiar toda la porquería que han dejado. Aprende un poco de tu hermana, que ha despertado al Alba y ahora está segando el trigo.
Nuestra querida amiga se quedó en blanco. No había visto en la vida a ese señor, no sabía nada de él, ni siquiera su nombre. Estaba tan confusa que no pudo ni preguntar, se limitó a obedecer a su supuesto padre y esperó a ver que ocurría en este sitio tan extraño...
El hombre, al ver la cara pálida de su "hija", le preguntó:
_¿Estás bien hija? Tienes mala cara, ¿has tenido una pesadilla?
La chica no se lo podía creer, ¡supuestamente seguía en la pesadilla, esto que le ocurría era una pesadilla! no recordaba a nadie ni a nada. Sólo se conocía a sí misma. ¿Pero qué estaba pasando? Ante esta situación, optó por seguir adelante como si no pasara nada. Intentaría recordar poco a poco a su "padre" y a su "hermana".
_Emmm...no...no me pasa nada, ¿y mamá? Preguntó interesada.
El hombre cambió la cara radicalmente. Los huevos de las gallinas no eran suficiente alegría como para tapar el sufrimiento que había generado la cuestión de su supuesta hija y se puso a llorar.
_No sé que habrás soñado, pero sea lo que sea, no le tomes importancia...Mamá se fue hace mucho...nos costó superarlo, pero ya está, ¿vale? Le dijo mientras se acercaba a ella para abrazarla y darla un beso en la frente. _Arrggss, esos malditos tipejos...si no fuera por mi vejez, intentaría acabar con todos ellos...El Padre se secó las lagrimas, volvió a cambiar la cara y dijo algo confuso:
_¿Por qué no me has mandado callar? Siempre que menciono a esos asquerosos soldados te enfadas conmigo...
_Mmmm....no quería ponerme borde por una vez...
Susana no sería muy sabia, pero era bastante ingeniosa y nunca le faltaban respuestas a preguntas de ese estilo. Siempre tenía un as en la manga.
_Bueno hija, vistete y sal a limpiar el corral, que no tenemos todo el día.
_Está bien papá.
Susana se levantó de la cama de un salto y empezó a pensar muchas cosas:
_Bueno, vamos a ver, parece ser que por lo menos ese hombre sabe que me gusta tener la puerta cerrada, eso como primer detalle. En segundo lugar, ¿dónde estará el corral? Y ahora las cosas importantes:
¿Cómo será mi hermana?¿En qué año estamos?¿Qué es eso de los tipejos que ha dicho mi "padre"?Por el acento de mi viejo, parece ser que estaré por Madrid o zonas próximas...Mmm....Bueno, voy a intentar asimilar este extraño suceso y a sacarlo a delante.
Bueno tia, deja de hablar sóla y ponte en marcha, ¡tienes mucho que hacer!
Con esos buenos ánimos, a pesar de la situación, Susana abrió el armario que había cerca de la puerta y se quedó asombradísima al ver que la ropa que había en él le encantaba. Había una chupa de cuero algo desgastada, unos pantalones negros muy bonitos y....¡Una camiseta de...de...!
Derrepente, todos los famosos que le gustaban a Susana le vinieron a la cabeza, tanto de grupos de música como de actores. Recordó el nombre de todos y absolutamente todo el conocimiento que tenía sobre ellos. También le vino a la cabeza toda la cultura que tenía sobre la música. ¡Sabía tocar el piano y el saxofón!
_¡Válgame el cielo, si es una camiseta de Slash original!, increíble, ahora me apetece escuchar algo de Guns and Roses...mi grupo favorito...
Se puso una camiseta muy fea de color azul chillón ya que no quería ensuciar la increíble camiseta de su ídolo. Como hacía mucho calor, no necesitó nada más para vestirse. Encontró unas zapatillas negras "vans" al fondo del armario que...extrañamente, le sonaban de algo.
Se vistió rápidamente y salió de la habitación, pasó por un pasillo y bajó unas escaleras. Se fijaba en todo, no paraba de observar atentamente todos los detalles de la casa. Encontró un cuadro de especial interés; en él, aparecía ella dando un beso a una chica que se parecía muchísimo a ella, debajo, ponía en grande: Alfonsa y Suana. Para siempre hermanas y amigas.
Nuestra querida protagonista se quedó sorprendida al ver la alegre y verdadera sonrisa que mostraba en la foto junto a su "hermana". Sabía que ese gesto no era de los falsos, por lo que llegó a una conclusión:
_¡Estoy segura de que mi hermana podrá explicarme todo lo que ocurre! Está clarísimo que confío mucho en ella, ese gesto no es muy común en mi.
Un ratito más tarde, después de pasearse por toda la casa y aprender donde estaba cada habitación.Si antes de perder los recuerdos tenía mucha memoria, ahora que no tenía ninguno, sería muchísimo más facil recordar todo lo nuevo que se le mostrara.
Derrepente, sonó un rugido que le hizo daño a los oídos:
_Ufff....que hambre tengo...me suenan un montón las tripas, voy a ver que hay en la cocina...si es que la hay.
La encontró. Estaba justo al lado de un pequeño aseo.
Su suelo estaba bastante sucio y las baldosas poseían grietas, los armarios estaban rotos, la nevera prácticamente vacía, sólo tenía dos botellas de agua, unas cervezas y un tomate. No había ni lavavajillas, ni horno ni microhondas.
Descubrió algo bastante interesante; en la pared había un calendario del año 2008 y del mes de febrero, así que ya empezaba a tener lógica, un tiempo y un espacio, algo de bastante importancia.
Un grito desesperado de su supuesto padre le quitó el hambre. Fuera de la casa, escuchaba:
_¡Por favor, no os la llevéis, no os ha hecho nada! ¡Alfonsa, Alfonsa!, ¡siempre te querré!
_¡Papá, te quiero papá!
Susana se puso en marcha rápidamente y salió escopetada de la casa. Fuera, el paisaje era precioso, había muchos árboles, césped, montañas...era realmente bonito.
Había un pequeño huerto y una casita cerca del hogar. Allí, estaba el hombre calvo con una herida en la cabeza. Una humadera de polvo se alejaba de su posición.
_¡Susana hija, Susana! ¡Se han llevado a tu hermana en un jeep los soldados, he intentado detenerles pero no he podido...No puede ser que pierda de nuevo a alguien tan importante para mí...¿Por qué a mi?...¡Por qué! todo esto es una ruina...¿En qué nos hemos convertido los seres humanos?¡Llevarse a una chica de catorce años para...hacerla las barbaridades que la van hacer y divertirse con ella...si no fuera por mi vejez, esos estarian muertos!
El individuo se puso a llorar desesperadamente.
La chica, simplemente se acercó al señor y le dio un abrazo mientras pensaba que tenía que ir a por su hermana lo antes posible para que le pudiera explicar su situación. No quería contarle lo que le ocurría a su supuesto padre puesto que veía en él un cierto rechazo por su manera de ser tan débil y poco luchadora.
_Padre, no te preocupes, yo iré en su rescate. Respondió Susana completamente decidida.
Hubo un silencio incómodo. El hombre puso una cara de mayor sufrimiento y dijo:
_Sé...que no voy a poder detenerte...por mucho que te diga, no quiero perderte a tí también. No me vas hacer caso...así que...ten mucho cuidado...Se fueron en dirección Oeste, allí tienen una pequeña base de operaciones.
Susana reflexionó de nuevo y volvió a llegar a la conclusión de que había algo raro en ese supuesto padre, volvía a mostrarse la parte tan poco luchadora en él; ni siquiera intentó detener a su ?hija?.
_No pasará nada, se defenderme sóla. Comeré algo antes de partir.
_Coge la mochila que hay en el corral, todas las provisiones que veas y las dos botellas de agua de la nevera. Ten mucho cuidado por favor. Voy a darme un paseo...tengo que estar con mis pensamientos.
Sin pensarlo dos veces, Susana entró en el corral, cogió la mochila, fiambre, pan, fruta y todo lo comestible que vio y regresó a la cocina de la casa para hacerse tres huevos fritos. Le costó mucho encontrar los platos y los cubiertos, pero en cuanto lo hizo, comió tan rápido que por poco vomita. Se llevó algo de ropa y salió escopetada en busca de su supuesta hermana para encontrar respuestas a su situación.
Pensó en despedirse del hombre calvo, pero no sabía donde estaba. Así pues, emprendió su viaje al Oeste.
La casa parecía estar a las afueras de la civilización, no había un alma por lo menos en 30 kilómetros a la redonda.
Iba por un camino (rol) (descripción del camino...)
Después de una hora de viaje, se apartó del sendero para tomarse un descanso.
Empezó a cotillear las cosas que había en los bolsillos pequeños de su mochila. Encontró un chupachups de limón (que tanto le gustaban), una brújula y un reloj digital y, por suerte, el chupachups estaba comestible y la brújula y el reloj funcionaban. Eran las dos menos veinte y la fecha era el 12/02/08. La brújula marcaba el oeste. Todo parecía marchar bien.
Derrepente, Susana escuchó algo:
_Pssss, ¡oye, oye, aquí abajo! ¿Qué haces aquí, quién eres?
La chica miró al suelo y vio a un hombre del tamaño de su mano y con la voz muy grave. Al instante, le vino a la cabeza todo lo que sabía sobre personajes de fantasía, gnomos, hadas, trolls...todas las películas de fantasía que había visto y todos los libros que había leído.
_¿A ti que te importa? ¿Acaso te conozco de algo? Respondió algo borde. La gente cotilla no la soportaba Susana (aunque ella en el fondo lo fuera).
_Ay, chica...¿Y ese humor? ¿La guerra te ha tocado verdad? Ay...Ay...Ay...sois tan ariscos los humanos...No os dais cuenta de que a nadie le gusta que le traten así, sólo pensáis en vosotros mismos. ¡Iros de nuestro entorno! si os destruís las ciudades entre vosotros mismos no vengáis ahora a vivir aquí al campo a las casas abandonadas que utilizabamos nosotros!
_Bueno...la verdad es que algo de razón tienes, pequeño hombrecillo. Siento haber sido tan borde. Respondió Susana algo más simpática.
_No importa, a cambio, responderás a mi pregunta: ¿Has pensado alguna vez en el sentido de tu existencia? Quiero decir, ¿Cómo es posible que sin saber dónde estás, por qué estás aquí y sabiendo que tu memoria te ha abandonado, vayas a rescatar a tu supuesta hermana de las sucias manos de unos soldados que ni siquiera sabes por qué están en guerra?
La chica, muy sorprendida al ver que el hombrecillo conocía su situación, le respondió:
_Querido pesado y cotilla gnomo, no sé por qué sabes todo eso de mi...Ahora me lo dirás, pero responderé a tu pregunta. Pareces asustado por lo que te deparará tu vida. Es cierto que no sé donde estoy, pero el simple hecho de estar es suficiente motivo como para seguir adelante. Si sé por qué estoy aquí, todos tenemos un lugar en el que estar, pero no lo elegimos nosotros, si no nuestro destino. Y el haber perdido mi memoria me ha servido para aprender algo muy importante; dejar de vivir en mi pasado me ha ayudado a vivir mejor mi presente y aventurarme con más ganas en mi futuro.
_Eso es estúpido, nadie es tan fuerte como para tener esos ánimos después de todo lo que te está ocurriendo...
El gnomo se enfadó. Parecía estar intentando asustar a Susana y al ver la reacción de la chica se había mosqueado. Agitando sus pequeños dedos de las manos y diciendo unas palabras extrañas, salió una nube de polvo de sus extremidades e hizo que nuestra querida amiga se marease, se cayera bruscamente al suelo y se golpease fuertemente la cabeza con una piedra.
Las últimas palabras que escuchó de la voz grave del pequeño hombrecillo fueron: Primera fase.

0 comentarios: